lunes, 7 de agosto de 2006

¿El culto de adoración debe ser espontaneo o planeado?


Durante algunos años estuve colaborando en una iglesia donde el culto de adoración se desarrollaba con un solo esquema litúrgico; el mismo programa y las mismas personas, domingo tras domingo. En una ocasión le pregunte al pastor el porque de esta rutina, a lo que me respondió, “desarrollar un programa flexible y variado me toma mucho tiempo y no hay muchas personas que desean participar”.
¿Esto le suena conocido?, déjeme decirle que hay muchos pastores que no les gusta dedicar tiempo para desarrollar un buen programa de adoración y caen en la enfermedad de la monotonía y proveen la misma comida espiritual domingo tras domingo. Esto por supuesto afecta la vida espiritual de la congregación, salen del templo de la misma manera en que entraron, vacíos.
Me gustaría compartir cinco consejos prácticos que ayudaran a preparar un culto de adoración dinámico y participativo.


1. Establezca un tema central. Sugiero que tanto el pastor como los lideres de adoración establezcan temas; pueden ser por mes, por semana o dependiendo de le época del año. Muchas ocasiones los temas del sermón y del culto surgen de las visitas pastorales. Claro que hay que aprovechar las ocasiones especiales como la “semana Santa”, “El Aniversario de la Iglesia”, “Campañas evangelisticas”, u otras actividades especiales durante el año. El tema del sermón debe ser un punto central para planear cada uno de los puntos del servicio


2. Tenga una lista de los recursos. Usted como pastor o líder de adoración debe saber con que recursos cuenta para cada servicio. Una lista de himnos y cantos, una lista de los instrumentistas, una lista de directores de cultos, cuantos himnarios o coritarios se tiene, proyector, sistema de sonido y quien lo controle, una lista de personas con diferentes capacidades, etc. Esta lista de recursos es un trabajo requerir tiempo pero vale la pena hacerlo. De esta manera usted evitara que una o algunas personas sean las que dirijan o que se canten solo algunos cantos o que se realicen lo mismo cada domingo.


3. Explore y establezca posibilidades. Un principio para recordar: entre más imaginable sea el servicio, menos efecto tendrá en la gente; lo que queremos es que los participantes tengan un encuentro con Dios, pero tenga cuidado con el exceso. Le sugiero observar cada elemento y puntos del servicio desde diferentes ángulos, para ver cómo podría en una forma fresca tener combinaciones creativas, sin perder el respeto y el enfoque de una adoración reverente.


4. No pierda el punto central y cuide como fluye la adoración. A medida que el servicio se desarrolla, busque un contenido teológico, lógico y una corriente emocional. Pero recuerde esto, debe de haber un equilibrio entre estos tres elementos. El uso excesivo de alguno de estos elementos puede crear confusión en lugar de bendición. La meta es que el contenido de las canciones, las lecturas, y oraciones contribuyan con el tema. Las conexiones entre los puntos del programa son importantes. Evite por favor las emociones “bruscas”, esto no ayuda.


5. Fomente una participación congregacional. Recuerde que el servicio de adoración no es un “espectáculo”. Hay que utilizar mejor la adoración en su momento y espacio. Acérquese a la congregación. En algunas ocasiones prefiero predicar o dirigir los cantos a nivel de la congregación. Otra manera es hacer que la congregación pase al frente o que desde su lugar participe. Lo importante es hacerles sentir que son parte del servicio. Las persona importante en la adoración es Dios, pero las personas que a Dios le interesa es la congregación no los “artistas” del servicio.


Dios le bendiga

Pastor/MM Daniel Torres